Final final no da mas!

Publicado por lossixpistols | Etiquetas: | Posted On domingo, 7 de marzo de 2010 at 11:59


Hoy estamos fatalistas, tanto loco por ahí diciendo que nos quedan menos de tres años de vida no debe ser por nada, la exacta CIENCIA de la Astrología nos ha determinado como final de nuestras pecadoras existencias el 21 de diciembre de 2012, aunque todavía no dice cómo terminará todo, puede ser que nos aplaste un cometa tan grande que ni Bruce Willis pueda salvarnos, o millones de zombies salgan de sus tumbas a comerse a nuestros cerebros, o vengan Jesús, Alá y Buda para llevarnos, lo cierto es que igual quedan muchas cosas por hacer y poco tiempo para cumplirlas.

KAR-EQ

Si el mundo se acaba en el 2012 yo creo que va a ser porque, decepcionados vamos a realizar un pequeño suicidio colectivo de 3000 ó 4000 millones de personas. Es que uno llega a un punto en que se cansa de tener que aguantar taxistas filósofos, policías de tránsito llenos de sabiduría a quienes les ha sido confiado el don de conocer la verdad absoluta; actores, comentaristas deportivos y cuenta chistes con aspiraciones políticas, estrellas de rock que venden su dignidad en programas de TV o peor aún, tocando con Paulina Rubio, cantantes punk que antes le cantaban a la anarquía. Es que antes de ver más vejaciones es mejor morir.

El verdadero punto es qué hacer en lo que nos queda de vida, yo por lo menos no me puedo morir sin conocer Japón, sin pegarme una borrachera bien brava en alguna ciudad de Europa, sin tener un hijo (toca tenerlo rápido para que en el 2012 ya sepa por lo menos decir AUXILIO); sin disfrazarme de Alexander Delarge en un Halloween, sin conocer mi media guayaba, sin hacer algo tan realmente loco que pase una noche detenido por atentar contra la moralidad pública, sin aparecer en un noticiero (así sea como relleno entre muchas personas más). Sin haber conocido los rinocerontes, sin haber aprendido a diferenciar entre las tetas reales y las de silicona (con ropa y sin tocar), sin aprender a hacer bombas de chicle, en fin, son tantas cosas que no faltará al que le parezcan estúpidas, pero esas pequeñas cosas son las que le dan sabor a la vida.

COLLECTIVE SOUL

Bueno la verdad primero que todo, he de preguntarme, ¿Por qué berriondos los MAYAS si se pillaron nuestro fatídico destino tenían que cantarlo con tanta anterioridad?, muchas mala leches en serio; ¡claro! Como ellos ya no están acá, no pudieron llegar a imaginarse el alboroto que van a causar con su premonición, aparte de películas bien malas como esa de 2012, en fin.

Creo que lo importante es sacarle provecho al fin del mundo de la mejor manera posible, por ejemplo un día me tocó una actividad bien cula en la empresa y tocaba mencionar o decir sobre qué se trataba la visión de la empresa, y pues ésta más o menos dice “…para el 2012 la compañía debe crecer yo no sé cuánto…”, el primer comentario que hice en mi grupo de trabajo fue “Pero ¿para qué proyectarse al 2012 si se va a acabar el mundo?” y muy acertadamente el gerente comercial me respondió “tiene razón buen hombre, por eso es que yo no he vendido ni un proyecto” jajaja.

En fin, esperemos a ver qué pasa, moriría feliz si voy a un concierto de Pearl Jam, me rumbeo a la crespita o hago una película porno en Praga con Jessica Alba, Cerina Vincent o las dos al tiempo, cosa que veo realmente difícil de cumplir ya que la madre que hay más de 6 grados de separación entre las susodichas y yo.

Por último, les dejo una frase de reflexión como esas que dejan al final de los capítulos de Padre e Hijos jajaja, no mentiras, es una frase que leí en la trilogía Millenium y me pareció muy bacana.

Armageddon was yesterday, today ¡we have a serious problem!”

ALICIA

Primero valga la pena aclarar que a mí esas supersticiones y esos delirios de conocer el futuro no me pegan, en lo que a mí respecta el mundo se le acaba al que se va muriendo… pero supongamos que sí, que es cierto que los señores Mayas tenían la capacidad de prever el fin del mundo, con tal precisión que hasta fecha le pusieron al suceso… y es eso precisamente lo que potencialmente puede acabar con esto, la fuerza de la superstición colectiva. Puedo imaginarme a millones de personas contagiadas de la fiebre fatalista, dar rienda suelta a sus impulsos y desenfrenadas, intentar recuperar en 24 horas el tiempo que han perdido en toda una vida, así es como el Apocalipsis se vendrá sobre nosotros, el caos será tal que no quedará autoridad válida y la anarquía destruirá el mundo…

En cuanto a mi mundo, si tuviera la certeza de que me quedan unos cuantos meses sobre la tierra, vendería sin más mis pocos bienes y me dedicaría a hacer lo que más me gusta en la vida: gastar plata, porque aquí entre nos siempre me ha gustado más gastar plata que ganármela, y que ¿en qué me la gastaría? En todo lo que se pueda consumir, porque ya en las últimas no se trata de acumular riquezas sino experiencias, así que visitaría los mejores restaurantes, los mejores hoteles y los mejores paisajes naturales, con un par de buenos compañeros: Carol -mi hija- y Simón -el chico que me mueve el mundo-.

CUAJINAIS

Escribo mi aporte sin mucha convicción; con una incredulidad que se fundamenta básicamente en dos cosas: la primera en que creo que a nadie le cabe en la cabeza que se pueda acabar el mundo antes de que América se gane una Libertadores; de que Colombia vuelva a un mundial o de que veamos qué se inventan los uribistas para devolverle el trono a su mesías…

Tampoco creo posible -o me dolería pensarlo-, que los mundos del futuro que hemos visto en tantas películas no lleguen a ser una realidad (cuando yo sea grande y trabaje mi sueño es tener un robot sirviente); o que la muerte nos coja sin haber descubierto la verdad tras fenómenos que no nos dejan dormir como el chupacabras o las aspiraciones presidenciales de uribito.

Pero el motivo más fuerte que tengo para dudar del fin del mundo en el 2012 es que esa es una profecía Maya y los Mayas ya demostraron que son tipos poco confiables, que ‘anochecieron y no amanecieron’ -quizás como consecuencia de diversas deudas con otras tribus- Yo por lo menos aún recuerdo con tristeza aquella mañana de mi niñez en que muy juicioso madrugué a sintonizar las aventuras de La Abeja Maya y sin explicación previa tuve que aguantarme un tedioso programa de televisión educativa… ¡por eso no les creo a los dichosos Mayas!

LEONELA

Según los dichosos Mayas dizque el fin del mundo llega en el 2012. Parranda de indios aguafiestas esos ole. Para que carajos entonces ahorra uno dizque para ir a Brasil al mundial, si ¿adivinen qué? Los Mayas nos quitaron esa ilusión entonces no va a haber ningún mundial. Para mí que esa tribu estaba llena de envidiosos, porque como uno sí puede disfrutar de la vida moderna, y ellos no, pues seguro dijeron: “Tirémonos la guachafita de las próximas generaciones y digámosles que van a dejar de existir, porque sí”.

Pero para mí realmente el fin del mundo ya llegó. El Apocalipsis hizo su aparición más evidente el día que me enteré de que hay gente QUE COMPRA BOLETAS PARA UN CONCIERTO DE AVENTURA. Es que eso señores, tal como la profecía Maya... ES DE NO CREER.

CATALBA

El otro día llegué feliz al trabajo y les dije a mis compañeros: hoy firmé la promesa de compraventa de mi apartamento; me lo entregan en marzo de 2011.

¿Recibí abrazos, felicitaciones, hubo un brindis? No. Como suele pasar, la cochina envidia apareció en forma de catástrofe: qué pesar que sólo lo vayas a disfrutar un año.

Maldita sea, ¿era necesario? Al principio dije: eso me pasa por jetona, por compartir mi alegría con este proletariado cizañero, pero un minuto después le vi el lado amable y contesté: Oigan, es verdad. ¡Eso significa que no voy a tener que clavarme las cuotas que tengo que pagar durante los próximos -y eternos- quince años!

Así que mi perspectiva cambió. Ahora no me lamento porque me quedan menos de 700 días para conocer Japón, tener mi propio restaurante, ver si mis hijos salen con las hermosas pestañas de mi novio, para aprender a tocar así sea pandereta, para ver si me regalan toallas Canon o una Corelle en mi matrimonio, o para ganarme un puerco premio. No, ahora celebro las cosas que no tendré que ver o vivir. Celebro las desveladas que me voy a evitar cuando mi hijo adolescente no llame después de dos días de rumba bajo quién sabe qué sustancias alucinógenas que aún no se han inventado. Aplaudo que no voy a tener que ver la inauguración del museo del agua, tributo a ese líquido precioso que algún día no muy lejano desaparecerá. Sonrío porque no voy a tener que ver gente en chancla, short y manga sisa en Bogotá; porque sí ya Guarinosito es más fresquito que la capital, no me imagino cómo será en pocos años. Me regocijo porque prefiero tratar de verle el lado bueno a las cosas hoy y no mañana, cuando las cosas traten de vernos el lado bueno a nosotros.